No estés triste, triste Tristano
Tus lagrimas llenan el atlantico océano
Contemplando la condición de tu durmiente hermano
Sintiendo añoranza como el mar del otoño
Con gris olas corriendo a la orilla extrañando el verano
Pensando en la dama del destino como malvado coño
Empero Dios se sienta en su santo trono
Con voz de relámpago e irrefrenable trueno
Él pregona un futuro brilliante y bueno
Otorgando el paraíso como clemente bono
No pierdas confianza
No temas este mundo de vergüenza y venganza
El triunfo viene a ellos con un hilo de esperanza
Ello es una inconcebible adivinanza
Pero he visto la probanza
Estas tragedias son una bellisima danza
La malaventura es una enseñanza